Hoy continuamos con nuestra visibilidad de mujeres de la Subbética que aportan, día a día, enriquecimiento a nuestra comarca. En esta ocasión vamos a conocer a Antonia Merino Aranda.
Tras su formación como diplomada en la Escuela Superior de Diseño de Ciudad Real con la especialidad de Diseño en Interiores, inicia sus estudios de doctorado en el año 2016 en el Departamento de Ingeniería Gráfica y Geomática de la Universidad de Córdoba sobre el yacimiento arqueológico del cerro de la Merced (Cabra, Córdoba), en el marco del Proyecto de I+D HAR2017-82806-P, «Ciudades y complejos aristocráticos ibéricos en la conquista romana de la Alta Andalucía», que dirige Fernando Quesada Sanz de la Universidad Autónoma de Madrid.
Además, es colaboradora en el proyecto Mellaria Romana (https://www.uco.es/mellaria/) y en el yacimiento de Torreparedones donde ha contribuido en los trabajos de restitución 3D de algunos edificios del foro y las termas, excavadas recientemente.
Además de continuar con su formación, ella está trabajando desde el año 2011 en el que finalizó los estudios de Diseño de Interiores, realizando proyectos integrales de diseño e infográficos 3D. Al principio el camino era bastante solitario y a veces difícil de encontrar, pero desde que comenzó en el mundo laboral ha tenido la oportunidad de trabajar y hacer lo que le gusta, siendo a día de hoy económicamente independiente. Esta rama más tecnológica del diseño siempre se ha ligado más a los varones que a las mujeres y aunque ciertamente cada vez son más las mujeres desarrollando esta actividad, es un mundo en constante evolución que exige mucha dedicación tanto en tiempo como en esfuerzo económico para seguir siendo competitivas.
Cuando habla de su actividad profesional muestra una ilusión que asegura el éxito en su trabajo, pero además lo explica con tanta pasión como luego se traduce en su trabajo, como mostramos a continuación “Me interesa el espacio y como lo ocupamos, poder anticipar estas relaciones en el mundo virtual, y al contrario, restituir en 3D esas ocupaciones nos permite reconocer problemas funcionales. Lo más frecuente es que me pregunten ¿de diseño de interiores a arqueología, que tiene que ver una cosa con la otra? El tema de la relación entre la arqueología, la arquitectura y el interiorismo es bastante complejo, y a menudo mal entendido a mi juicio. Si observas las construcciones a lo largo de la historia tienen una componente de necesidad funcional y económica que las convierte en buenos ejercicios de diseño. Además tienen una abstracción que no se podría lograr con otras arquitecturas más contemporáneas, o difícilmente. La palabra diseño en su definición implica la traza o delineación de un edificio o una figura; el diseño interior (de moda, gráfico de producto) se relaciona con la producción en serie, y en el terreno urbanístico con el proyecto en sí. Poder interpretar un edificio a través de sus restos es algo que me apasiona y hacerlo de un modo visual mediante las restituciones 3D y poder demostrar la articulación y la relación de espacios, el cómo funcionan, es con lo que más disfruto”.
Preguntada por si ser mujer le ha supuesto más o menos problemas a la hora de desempeñar su trabajo, nos sorprende indicando que “más que por ser mujer por la edad, en la mayoría de los casos no importa el género de quien te juzga si no lo que son capaces de ver a través del trabajo realizado. El resultado del trabajo sobresale por encima de ser mujer o no, aunque sí que es cierto, que he sufrido situaciones por ser mujer, como el mansplaining, el que te expliquen algo de un modo condescendiente. De igual forma el ser respondona o quizás vaya esto con el carácter, no se toman muy bien el rebatir una idea y luego viene el que no te tomen en serio cuando la presentas; para demostrarlo sí que hay que trabajar el doble, a los hombres no se les cuestiona, es como si por ser mujer hay pasar un doble filtro; o situaciones en las que trabajas con un socio y se dirigen a él para tratar el tema económico, por ejemplo, cuando el lleva la parte técnica y tú la económica. Luego está el tema de la sororidad entre mujeres, que son pocas, dos a lo sumo con las que se comparte espacio de trabajo, y es agotador la dinámica de machacar y poner piedras en el camino, como si no fuera bastante duro trabajar e intentar hacerse un hueco, que también el lidiar con este tipo de situaciones. Entiendo que son situaciones heredadas del modelo de sociedad y espero vayan desapareciendo con el tiempo”. En este último punto es donde tenemos que actuar todas y todas, en ir cambiando y transformando esa “herencia” patriarcal.
Para Antonia la única forma de triunfar laboralmente es hacer de nuestra pasión nuestro trabajo y sobre todo que todas las mujeres tienen algo (o mucho) que aportar. Las condiciones innatas que las mujeres tienen para el éxito en cualquier tarea que emprendan, “las mujeres somos resilentes, creativas, organizadas, comunicativas, entre otras muchas más cualidades, lo que nos falta es creérnoslo”. Es un objetivo precisamente de esta sección, visibilizar a mujeres de nuestra comarca como ejemplo de TODO lo que realizan, de forma invisible en muchos casos, el 50 % de nuestra población.
Ante la pregunta de si considera que el papel de las mujeres en la sociedad egabrense está debidamente visibilizado y qué se podría cambiar, nos muestra una vez más su conocimiento, dejando claro que su formación es su pasión al indicarnos que “en Cabra tenemos grandes referencias de mujeres empoderadas, ya desde el s. III d.C. con Flaminia Pale, sacerdotisa de la diosa Isis a la que el senado de la ciudad de Igabrum decidió dedicar una estatua por su labor desempeñada; otro personaje ilustre en femenino muy conocido es la vizcondesa de Termens, Carmen Giménez; y en la actualidad tenemos a una feminista declarada como vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo. Otra cosa es que las mujeres de la sociedad egabrense nos sintamos visibles, pero creo que poco a poco lo estamos consiguiendo y cada vez tenemos mucha más presencia”.
Analizando la situación de las mujeres en nuestro mundo rural, la doble discriminación a la que se enfrentan y cómo se podría corregir, reflexiona desde su propia experiencia y la de su familia, ya que tal y como nos comenta, su madre nació en un cortijo sin agua y sin luz, no ha tenido una vida fácil, con 18 años se fue a Madrid a intentar buscarse la vida y a través de su experiencia conoce la doble discriminación a la que se enfrentaron las mujeres de zonas rurales; y por su parte a la que se enfrentan en la actualidad. Muestra la necesidad de crear redes de apoyo entre mujeres de zonas rurales y facilitarles herramientas para el desarrollo personal y laboral de las que lo necesiten, mediante actividades o talleres formativos, ya se están tomando medidas en este sentido desde el GDR apoyando actividades de empoderamiento de la mujer.
Siguiendo en este sentido y analizando la representatividad de las mujeres en la Subbética, a distintos niveles, nos comenta que, a pesar de existir asociaciones de mujeres, a día de hoy representan a una parte. Nacieron con la vocación de “sacar a las amas de casa” para que se relacionasen y participasen pero a su entender, se han quedado ahí. Está muy bien y es muy importante para esas mujeres tener esa red de apoyo pero no es suficiente, ¿dónde quedan el resto de mujeres más jóvenes o que no se sienten identificadas? Desde su punto de vista, “esa red de amas de casa puede ser el punto de apoyo sobre el que construir un modelo de asociación más abierta, donde se encuentre asesoramiento psicológico, administrativo, etc. que vaya más allá de representar el teatro de turno o cocinar para algún evento tortas de masa, las mujeres podemos aportar mucho más que lo que tradicionalmente se ha hecho”. No podemos estar más de acuerdo con esta afirmación, las asociaciones de mujeres pueden contribuir de forma muy activa en hacer cambios en las propias asociadas, ya que mejoran sus vidas, aunque no siempre sean conscientes. Es labor de todas las entidades públicas y privadas implicadas, hacer conscientes de esta realidad y visibilizarla.
Un aspecto importante para Antonia es la transformación digital, ya que está cambiando la forma de trabajar y propicia un entorno laboral más flexible para la mujer ya que podemos compaginar el ámbito profesional y el personal. La comunicación debe de ir cambiando hacia la eliminación de los estereotipos de género que tenemos asociados las mujeres, y hay que empezar por desaprender la manera de usar el lenguaje entre nosotras mismas.
Esta sección quiere visibilizar a las mujeres, por lo que era obligada la pregunta sobre nuestra visibilidad. Antonia opina que las mujeres cada vez son más visibles, pero no lo suficiente. Cree que el escalón sobre el acceso de la mujer al mundo laboral lo han subido, ahora toca trabajar por subir el siguiente peldaño, el de hacernos visibles.
Por último y sabiendo de la transversalidad en materia de igualdad que tiene el GDR SUBBÉTICA, preguntamos qué más podemos hacer, de cara a llegar a más mujeres y trabajar de manera incidente en la igualdad de la comarca, aquí Antonia nos indica que desde la formación ya se está haciendo mucho para construir un desarrollo rural igualitario, dando apoyo y asesoramiento a todas las empresas o asociaciones que presentan propuestas para que aumenten las posibilidades entre las mujeres y jóvenes rurales de la zona.
Agradecemos enormemente que Antonia haya tenido un ratito de su poco tiempo personal para poder atendernos y mostrar su conocimiento, visión, ideas y propuestas para hacer de la Subbética una comarca en igualdad.
#SubbeticaunaComarcaenIgualdad.