No nos puede sorprender el desarrollo económico de Lucena actualmente, ya en la época almorávide llamaba la atención la fecunda actividad de su industria y de su comercio, por ello es justo dedicar unas líneas a la importancia del pasado judío de Lucena.
Ya por el segundo tercio del Siglo IX datan las más antiguas pruebas del intercambio de correspondencia entre los gaones de Babilonia y los rabinos judíos de Lucena y Barcelona.
Al expulsar a los judíos de Córdoba, muchos de ellos buscaron refugio en Lucena y posteriormente, tras la caída del califato cordobés, Lucena se integró en los reinos de taifas, siendo su población hebrea en su práctica totalidad y estaba dirigida política, militar y administrativamente por un Zaim.
Con la dominación almorávide, Lucena consiguió la más alta prosperidad económica y el mayor desarrollo cultural y fue en este tiempo el lugar central del conocimiento e interpretación del Talmud.
Fue en 1148, ante la presencia almohade, cuando los judíos lucentinos se encontraron en la difícil tesitura de elegir entre la islamización y la muerte, lo que condujo a la desaparición oficial del judaísmo lucentino, con la clausura de su prestigiosa Academia, la búsqueda de asilo entre los cristianos por parte de los huidos y la más que probable transformación de la sinagoga en mezquita en sitio del ocupado hoy por la iglesia de San Mateo, si bien todo apunta a que material constructivo procedente de esta sinagoga fuese integrado en la iglesia de Santiago (1503).
Sin lugar a dudas este pasado judío de Lucena, del que se puede disfrutar hoy en día paseando por sus calles, se ha mantenido hasta nuestros días, siendo uno de los municipios de la Subbética más emprendedor y dinámico.
Invitamos a pasear por su antigua judería, donde vivían los judíos y estaban sus casas, sinagogas y escuela talmúdica, delimitada por las actuales calles Plaza Alta y Baja, Calle Las Tiendas, Calle Canalejas, Calle Las Torres y atravesaba la manzana del antiguo convento de Santa Clara en dirección oeste-este para unir y cerrar la cerca defensiva, de nuevo con la Plaza Alta y Baja. La Necrópolis judía que salió a la luz en 2006 durante las obras de construcción de la ronda de circunvalación de la zona sur de Lucena, con 346 tumbas, incluso se halló una lápida funeraria con caracteres hebreos, con una cronología de entre los siglos VIII y IX por el tipo de letra, merece un paseo tranquilo.
Y por supuesto, conocer el palacio Barroco de los Condes de Santa Ana, en cuyo interior alberga el Centro de Interpretación de la Ciudad de Lucena y en el que encontramos una sala llamada JUDIOS en la que se muestran los diferentes tipos de enterramientos que se utilizaron en la necrópolis de Lucena y también los elementos destacados de la vida, literatura y organización social de la comunidad hebrea lucentina.
Sin lugar a dudas conocer este pasado que ha marcado la vida de este municipio de la Subbética enriquecerá a la persona visitante y será una experiencia increíble.
Shalom!!!